Una línea que sueña

La unidad febril premonitoria
la palabra que canta
de la mar el amor que profeso
el tanteo
el intento
la ola
la madre en cuanto a distancia que nos da el origen.


El cinco ha quedado atrás
no obstante las maneras se precipitan
el horizonte se alarga y nos muestra el ocaso
el universo se convierte en vocales
la ascensión del cópul
su itinerante el ave el alma los reflejos
la simpatía de los opuestos y los embarques.


Ellos van a donde nosotros ya estuvimos.
en el propósito de continuar
no cesaré en el empeño
hasta convertir el territorio en mi estatura.
Difiero de su parecer
no me gustan los adverbios sus adyacentes las estatuas
la impulsión moral de su geografía restaurada.


Pasa el viento lento
y su sombra se desliza con suave complacencia en la corriente
unívoca la voz de encendidos tonos de color las mareas
las maneras y el modo
la intuición el estilo el instinto la gracia
en el lugar. No en la hora
en el lugar estaré siempre atento
pero no dejaré nunca que la forma llegue al fondo para que todo siga igual.

Anton Lamazares



Antón Lamazares Silva (Lalín 1954). Pocas carreras de comienzos más anárquicos y sin embargo, de pronto tan fulgurante como la de este lalinés de la estirpe de personalidades plásticas excepcionales que ha dado la villa del interior de la provincia.


Fuera de cualquier descriptiva enciclopédica, me gustaría resaltar las palabras de Amaia Mauleon en su artículo para "Faro de Vigo":




...La admiración entre ambos artistas es mutua. Lamazares confiesa sentir "devoción" por Carlos, al que conoce desde una noche de 1972, y Oroza le devuelve todo ese cariño en nuevos versos. "Alcanzar el milagro de la creación es difícil; Lamazares coquetea demasiado con él y a veces lo roza", alaba el poeta. "Somos amigos desde hace muchos años y esta era una de tantas maneras de estar juntos; en las páginas de un libro", aseguran...

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