El sentimiento se mueve allí con soltura

Tembloroso y triste el vegetal
En el ambiente parpadean las sombras
El oro empeño el otro
El deseo paulatinos los turnos
Interminable la cuestión la causa el cerco
El ojo que nos confina




Todo elemento disperso se reúne en una estancia
Donde se configura la dimensión en recíprocos e íntimos acentos.

Nada por tanto ha de ser como ahora
Porque si ahora se considera el momento preciso
Se hace después urgente en las conclusiones concertadas.

Pero es hoy cuando tiembla
Porque sabe que sólo de su acervo permanecen los fragmentos y peligra su memoria
Se intensifica en su hacer
Y hay una apreciación de gusto y de forma.

Estar en el lado oculto dice y sentir el placer por lo abismado
Ser un añadido más o una vuelta por el entramado de las sombras
Si aún es posible en el espacio el sombrero
La mesa
Los velos
El cero confirmado por unanimidad.

Ascender
Ser a lo lejos sin fin el silencio que toma la forma en el cero
Su estímulo por la circunvalación
Su cerebro
El cero





El punto de partida
El regreso
El eterno retorno de aquellos que van a donde nosotros ya estuvimos
Situarse
Ser simplemente en la pura conciencia del ser que me apresa al regreso
Un suspense
Una nota olvidada
U otra vuelta por el entramado de las sombras.

Abolir todo lo que esté puesto sin previo aviso
Comprobar en la longitud de las aceras la incursión de las aves
De sus sombras que oscilan.

Todo está puesto con la misma intención de parecidos propósitos
Aquí ahora no hay nadie
Nadie ahora niega a alguno que se sitúe en un punto
Y compruebe que todo está como si nada hubiera sucedido.

Pido que se cambie el acto
Que se dé el desenlace
Hágase lo posible y que suceda el cambio por si mañana nace una canción
Comparezco por si ahora o después
Pasa un tren que precise en el instante el deseo de ser
El fulgor que ilumine en el rostro del otro la ansiedad.






La energía que me desplace en la gravedad de los otros sentidos.

Siento un temblor Titubeo
Veo el semblante de un país borroso tratado en las lluvias
No abandero la senda ni me opongo a la causa
Pero no dejaré nunca de asistir
No cesaré en el empeño hasta convertir el territorio en mi estatura.

No hay razón para más.

Es el efecto mismo sin duda de una causa anterior
De un deseo
Solo en la luz capaz de crearse.

El instinto en el vuelo no es entonces a dónde
Ni tampoco es el orden
Ni se ordena el principio en la fiebre
Ni en la esfera
Ni en la superficie.

No es la norma
Es el riesgo es el juego tal vez
En tal caso es el verbo la energía que provoca en el otro el mayor
de los peligros







El impulso en un acto que nos da placer
Su pureza
La blancura o el negro que proyecta en el mar las vocales
sin contenido lírico.

Un valor sin destino de infinitos pies de universos que convergen
en una vuelta fluvial.

La parodia es la nube.

Porque abajo señala
Bajo el cielo hay una turba precoz de iluminados
Una multitud de engendros de parecidos de pequeños hombres
Las visiones de un cuadro dantesco de un instante fugaz.

Un elemento extraño que se asoma como un ser que se mueve en la duda
Que se niega
Que se mueve sin ver en el valor de los significados
Su presencia en el sentimiento activo de su yo expresado en la fiebre
El instinto que separa en el vuelo el disfraz de la lluvia
Del amor lluvioso en el cristal como un sueño que suplica el poema.

Que se aleje le digo.







No me inquiete
No me perturbe pues
No me halague con suaves complacencias
No me mienta
No me cuente la historia que profesa
Le sugiero que me deje en paz Que se aleje le digo
Que penetre con fuerza la música en su vientre y lo ilumine.

En la víspera sucede lo inesperado
Si piensas mientes mientras imagino
Una hora después el universo se pone en crisis
Las monstruosidades humanas se levantan
Cuando se levantan acarician con sus pies
Y se convierten en un animal extraño.

Es cuando piensa que se encuentra turbado
Cuando siente el deleite El dolor los deleites de la imperfección
Sus alas atrofiadas
Las monstruosidades humanas
Los dolores
Los contornos de las orillas.

Pero hoy no se puede andar
Ser un lugar no se puede ir a donde Londres Nada
Se han tumbado los espejos en el suelo
Para ver si había más ojos en el techo







En el mármol tiembla la sospecha
Sus concitadas lunas La sospecha.

Me despierto
Oro
Abro los ojos para evitar tanto imposible
Y compruebo que hay otro que piensa por mí
Me identifico con el parecido
Y rendido ante el hecho y aunque sin ser un síntoma
Me apresuro y pongo un telegrama urgente.

En el norte hay un mar que es más alto que el cielo.

Todo es vértigo y sombra
¿Quién es? ¿De dónde y hacia dónde? Me pregunto, ¿dónde?
De quien tanta locura. Tanto invierno abrazado
"¿Quién entonces dio fuerza a las fuentes y refrescó los manantiales enfrió la roca seca y afirmó la arena en su azul de espuela de caballero azul de color de María?".

El fue quien creó en el sistema la asociación de ideas
En la rectitud de las estatuas el sentido común
La asociación de ideas que provocó en el sistema el desconcierto.







La introducción de un principio en la fiebre o la materia que formó
la causa.
Del fulgor de su azul más profundo Suave De longitud aproximada
Se estilizó en la forma
Y estableció la diferencia entre los otros sueños
Y los sueños amarillos anteriores.

Su cabeza es un templo de color de extrañas magnitudes
La reacción activa en los medios su clamor
Las palabras son pues los objetos de humedades concéntricas La sensación de estar conformando en el otro el modelo
Su palidez transitoria de apreciación sensible en el rescate.

Nada es blanco
Ni es incierto en lo oscuro
Tan sólo en la proximidad el azul es intenso
Todo ha quedado en blanco dice
Todo es blanco después si es copioso al sentir
Cuando la proporción es blanca

El sentimiento se mueve allí con soltura
Dilucida
Se manifiesta en solitarios y extraños argumentos
Menudea







Da una vuelta
Se multiplica en vano
Divaga
Paraliza por un instante los miembros del conjunto
Y declara por tiempo indefinido en la ley de gravedad la llanura.